Hola amigos, hoy en nuestra sección de historias tengo para contarles (como no podía ser de otra forma), una historia de amor y, lamentablemente, no tiene un final feliz.
Felicitas Guerrero, historia trágica argentina del siglo XIX
Felicitas Guerrero, historia trágica argentina del siglo XIX
La popular joven conocida como
Felicitas Guerrero nació el 26 de febrero de 1846 en Buenos Aires que formaba
parte de la entonces Confederación Argentina.

Hija del matrimonio entre Carlos José
Guerrero y Reissig (1) y de Felicitas
Cueto y Montes de Oca (2), dama de la
sociedad porteña. El matrimonio tuvo 11 hijos y Felicitas era la primogénita. (3)
La familia vivía en una antigua
casona «Quinta de Álzaga» en Barracas hacia 1880, donde fue asesinada Felicitas
en 1872.
Los padres de Felicitas la
prometen en matrimonio siendo, muy
joven, con Martín Gregorio de Álzaga y
Pérez Llorente (4) y contraen matrimonio el 2 de
junio de 1864.
Entre Martín de Alzaga y Perez
Llorente y Felicitas había una gran
diferencia de edad: ella tenía 18 años y él la
edad de 50.
A pesar de los ruegos que
Felicitas hiciera a sus padres para que no la casaran con Alzaga, su padre se negó y consideró propicia la
unión, ya que su futuro esposo poseía varias extensiones de tierras y gran
riqueza.
La pareja, que no era muy
feliz, tuvo su primer hijo el 24 de
julio de 1866. El niño fue nombrado Félix Francisco Solano de Álzaga. En
aquella época la fiebre amarilla asolaba la ciudad y el pequeño que falleció el 3 de octubre de 1869 al
contraer la enfermedad
El 1 de marzo de 1870 fallecería Martín de Álzaga, su esposo, cuando ella tenía la temprana edad de 24 años y
con un avanzado embarazo que perdería al día siguiente. Viuda heredera y compromiso con Samuel Sáenz
Valiente.

Felicitas era una mujer de gran
carácter y a la muerte de su esposo tomó parte activa en la administración de
sus propiedades, recorriendo las diferentes estancias, haciendo mejoras e
introduciendo innovaciones.
Felicitas puso sus ojos en Enrique Ocampo Regueira (5) (n. Buenos Aires, 15 de julio de 1839). Ocampo
y comenzarían a tener un trato mucho más frecuente. Ocampo comenzó a sentirse con derecho a lanzarle frases
comprometidas, siendo una de ellas la que presagiaba
el destino de la pareja.
Los jóvenes que habían partido
por la tarde con sus carruejes hacia allí, los sorprendió una feroz
tormenta provocando que el cochero
perdiera su rumbo. Felicitas Guerrero, entoces, hizo detener el carruaje y de
pronto un jinete se acercó diciéndole: "Es mi estancia, que es la suya,
señora". El hombre que los había auxiliado, era el joven Samuel Sáenz Valiente, dueño de las tierras en donde se habían
extraviado. De esta forma es que Felicitas y una pareja amiga terminaron
guareciéndose en esa estancia. Samuel,
que la halagó y atendió con tal caballerosidad, provocaría que la joven viuda
se enamorara de él.

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El frustrado pretendiente
escuchó de la propia boca Felicitas sobre la confirmación de sus sentimientos
hacia Sáenz Valiente y su
rechazo a las proposiciones del propio Ocampo. En solo dos
meses de conocerse, el 29 de enero del
año siguiente, Felicitas Guerrero organizaría una reunión de amistades en la
quinta de Barracas, para anunciar su
compromiso.
Desde ese momento comenzaría su
calvario, al sufrir el acoso del pretendiente despachado que conociera desde la
adolescencia y que la llevaría al fin de sus días en ese mismo año.
Felicitas
muere asesinada por Ocampo
Como Enrique estaba muy celoso
de la relación que la viuda de Álzaga mantenía con Sáenz Valiente, fue que decidió
ir en carruaje hacia la mansión, insistiendo que le urgía verla. Por lo cual
Felicitas le rogó a Tránsito que lo despidiera con cualquier excusa aunque
fracasara en su intento. Finalmente accedió y le dijo a su tía que él la
esperase en la sala de invitados de su mansión o escritorio.
Ella subió a sus habitaciones
para dejar sus pertenencias y colocarse el vestido elegido para la fiesta, a
continuación, bajó al comedor a saludar a su familia y a su prometido, para
después dirigirse al jardín poblado de invitados. Luego pidió que la excusaran
porque debía ir al interior de la casa ya que en el escritorio, separado del
comedor por un corredor y un pasillo, estaba aguardándola Enrique Ocampo, ofreciéndose sin éxito su amiga —Albina Águeda
Casares y Rodríguez Seguí— para acompañarla. Su hermano Antonio Guerrero (de 14
años de edad) y su primo Cristián Demaría (de 22 años) la escoltarían en
secreto y escucharían a través de la ventana del jardín para protegerla.
Una vez allí y entre otros
comentarios, Enrique Ocampo le preguntó
directamente a Felicitas: "¿Te casas con Samuel o conmigo?", comenzaría a una fuerte, violenta y corta
discusión, en donde Ocampo sacaría un arma
de su bolsillo, gritando: "¡O te casas conmigo o no te casas
con nadie!".

diferentes testigos afirmaron
que Enrique Ocampo se suicidó con el mismo revolver que usó para asesinar a
Felicitas.
Otra versiones cuentan que
fueron los hermanos de Felicitas quienes le dispararon a Ocampo luego de lo
acontecido, o que fuera en legítima defensa por parte del arma de un caballero
presente en la fiesta.
Por
su parte, Felicitas estaba aún viva, y agonizó durante varias horas hasta su
fallecimiento, ocurrido en la mañana del día 30 de enero de 1872.
Sus restos se encuentran en el
Cementerio de la Recoleta, en la ciudad de Buenos Aires.
La noticia del hecho horrorizó
a la sociedad porteña de aquella época. El impacto producido fue tan fuerte que
los padres de Felicitas, sus únicos herederos, decidieron construir una iglesia
en su honor en el mismo lugar en donde ésta había fallecido, el día 30 de enero
de 1876.
La
iglesia Santa Felicitas (ca. 1880).
Según el mito popular, el alma
en pena de Felicitas recorre la iglesia llorando su trágica muerte, siendo uno
de los célebres "fantasmas de Buenos Aires". También se dice que las
mujeres que le pidan con fervor un marido lo encuentran, lo que durante años
llenó esta iglesia de jóvenes casanderas que ataban pañuelos a la reja.
Dicha iglesia se encuentra
situada en la calle Isabel La Católica 520, entre las calles Brandsen y Pinzón,
frente a la Plaza Colombia en el porteño barrio de Barracas. Al lado de la
misma está el actual Instituto Santa Felicitas de San Vicente de Paul.

Aquí termina la historia y
comienza la leyenda. Se dice que si Ud. deja un pañuelo en la reja de Santa
Felicitas al atardecer, a la mañana aparecerá húmedo de lágrimas y que los días
30 de Enero se puede entrever una llorosa figura de mujer vestida de blanco
vagando por la iglesia.
Felicitas Guerrero, la mujer de
los superlativos, se ha convertido finalmente, si no en el fantasma más famoso
de la República, seguramente en uno de los más famosos de Buenos Aires.
La
leyenda de Felicitas Guerrero y el fantasma de un templo en Barracas
Dicen que aparece de blanco.
Que carga con lo que queda de un viejo vestido de época. Otros dicen que no:
que en realidad es una túnica mortuoria, más acorde con sus desgracias. La ven
llorar. Felicitas Guerrero de Alzaga fue viuda joven, rica y hermosa. Pero una
maldición hizo que jamás descansara en paz. Hoy muchos creen que es el fantasma
más famoso de la Ciudad. Cuentan que empezó a aparecerse en los años 30. Y que
cada 30 de enero vuelve a pasearse sin remordimientos por la iglesia que lleva
su nombre y que desde siempre carga con su leyenda y su espanto. Un templo con
muchas historias, en donde nadie quiere casarse.
Gran
herencia
Tras la muerte de Felicitas,
sus padres, Carlos José y Felicitas Cueto, heredaron una enorme extensión de
tierra, la mayoría en la Costa Atlántica, entre las que estaban los terrenos
que hoy ocupa Pinamar. También es muy conocido el castillo que se ubica en un
casco de estancia en el kilómetro 168 de la ruta 2, en donde Felicitas solía
pasar sus días de descanso.
(1) Carlos José Guerrero y Reissig (nacido en el año 1817 en Málaga y que fallece en Buenos
Aires el 12 de enero de 1896), Descendiente del linaje Reissig de la Ciudad Libre de Hamburgo del Imperio
Germánico, eran sus padres los malagueños Antonio Guerrero (m. 1818) y Antonia
Reissig Ruano, una tía del empresario industrial Eduardo Huelin Reissig y
instalado en Andalucía desde el siglo XVIII— quien fuera un comerciante
naviero, además de administrador de uno los campos de la familia Álzaga, en la
provincia bonaerense. Sus padres eran los malagueños Antonio Guerrero (m. 1818)
y Antonia Reissig Ruano
(2)
( Buenos Aires, 1822 – 8 de noviembre de 1906) que era hija de
Manuel Cueto de la Mata (n. ib., 11 de mayo de 1779) y Catalina Montes de Oca
(n. ib., 9 de enero de 1803).
(3)
Los hermanos de Felicitas
fueron:
·
Carlos Francisco Guerrero Cueto (Buenos
Aires, 8 de diciembre de 1847 - 1923) se unió en matrimonio en 1876 con María
Ignacia Rodríguez Gaete Castro (¿?, 1854 - 26 de enero de 1922) y con quien
tuvo cinco hijos.
·
Antonia Manuela Agustina Guerrero Cueto (ib., 28 de agosto de 1849 - ib., 27 de mayo de 1920) en primeras
nupcias con Nicanor Benito Albarellos Lavalleja (, 1846 - 1923).
·
María Guerrero Cueto (ib., 1851 - ib.,
1924) que se casó el 29 de mayo de 1875 con Remigio Molinas del Rivero
(Corrientes, 5 de septiembre de 1851 - Buenos Aires, 18 de septiembre de 1927).
·
Catalina Gerarda Guerrero Cueto (ib., 1852 -
¿?, 1945) enlazada con Guillermo Martínez Ituño (1852 - 1921).
·
Luis Gonzaga Juan Antonio Guerrero Cueto (ib., 1854 - 27 de noviembre de 1906) era un pintor casado en
primeras nupcias en Montevideo el 11 de abril de 1887 con María Amelia
Lavalleja (m. 4 de marzo de 1906) y con quien tuvo una hija, y en segundas
nupcias, el 24 de noviembre de 1906 con Adela Pérez del Cerro Lezica (n. ¿?,
1871).
·
Antonio Tomás Saturnino Guerrero Cueto (ib., 7 de marzo de 1857 - ¿?, 10 de enero de 1938) unida en
matrimonio desde el 21 de mayo de 1897 con María O’Connor Pardo (Colón, 26 de
octubre de 1870 - ib., 8 de mayo de 1968) con quien concebiría un hijo.
·
Manuel Justo Guerrero Cueto (ib., 16 de mayo de
1858 -, 1931) casado el 1 de mayo de 1893 con su prima Raquel Valeria Benita
Cárdenas Cueto (n. 21 de marzo de 1866) y que tendrían tres hijos.
·
Enrique Teodoro Rosa Guerrero Cueto (ib., 30 de agosto de 1860 - 1920) enlazado en primeras nupcias el
2 de julio de 1885 con Cornelia Villar (n. Gualeguaychú, 1869) y tuvieron a una
hija, y en segundas nupcias el 15 de noviembre de 1915, con Eloísa Sánchez
Sorondo.
·
Jorge Segundo Guerrero Cueto (ib., 1 de junio de
1862 - ib., 2 de febrero de 1940) casado el 9 de agosto de 1886 con Delfina
Duportal (n. ib., 1867).
·
José Manuel Guerrero Cueto (ib., 1 de agosto de
1864 - 1929) enlazado desde el 15 de
julio de 1899 con Luisa Guerrero Catalán (Monteros, 3 de marzo de 1879 - 20 de marzo de 1972) y quienes concibieran
cuatro hijos.
(4)
Nieto del último alcalde realista de
Buenos Aires, Martín de Álzaga,
quien fuera un célebre caballero español, héroe de las invasiones inglesas,
fusilado dos años después de los acontecimientos que siguieron a la Revolución
de Mayo.
(5)Futuro tío abuelo25 de la escritora Victoria Ocampo

Hasta nuestra próxima historia !!
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