miércoles, 19 de marzo de 2014

Felicitas Guerrero, historia trágica argentina del siglo XIX


Hola amigos, hoy en nuestra sección de historias tengo para contarles (como no podía ser de otra forma), una historia de amor y, lamentablemente, no tiene un final feliz.

Felicitas Guerrero, historia trágica argentina del siglo XIX

La popular joven conocida como Felicitas Guerrero nació el 26 de febrero de 1846 en Buenos Aires que formaba parte de la entonces Confederación Argentina.
 Felicia Antonia Guerrero y Cueto (Felicitas) fue una joven de la alta sociedad porteña  y, en su época, una dama muy distinguida Cuenta Carlos Guido y Spano ... “es la mujer más hermosa de la república, muy cortejada por los jóvenes de las familias más aristocráticas de la sociedad porteña”...
Hija del matrimonio entre Carlos José Guerrero y Reissig  (1)  y de Felicitas Cueto y Montes de Oca (2), dama de la sociedad porteña. El matrimonio tuvo 11 hijos y Felicitas era la primogénita. (3)
La familia vivía en una antigua casona «Quinta de Álzaga» en Barracas hacia 1880, donde fue asesinada Felicitas en 1872.
Los padres de Felicitas la prometen en matrimonio siendo,  muy joven, con Martín Gregorio de Álzaga y Pérez Llorente  (4) y contraen matrimonio el 2 de junio de 1864.
Entre Martín de Alzaga y Perez Llorente y  Felicitas había una gran diferencia de edad:  ella tenía 18 años y él la edad de 50.
A pesar de los ruegos que Felicitas hiciera a sus padres para que no la casaran con Alzaga,  su padre se negó y consideró propicia la unión, ya que su futuro esposo poseía varias extensiones de tierras y gran riqueza.
La pareja, que no era muy feliz,  tuvo su primer hijo el 24 de julio de 1866. El niño fue nombrado Félix Francisco Solano de Álzaga. En aquella época la fiebre amarilla asolaba la ciudad y el pequeño  que falleció el 3 de octubre de 1869 al contraer la enfermedad
El 1 de marzo de 1870 fallecería Martín de Álzaga, su esposo, cuando ella tenía la temprana edad de 24 años y con un avanzado embarazo que perdería al día siguiente.  Viuda heredera y compromiso con Samuel Sáenz Valiente.
La joven y bella viuda heredera de 71.000 hectáreas, con una fortuna de más de setenta millones de pesos, inmensa en aquella época, se convirtió así en la mujer más rica de la República. Razones más que suficientes para ser una de las mujeres más solicitadas por diversos pretendientes de la ciudad de Buenos Aires, que compartían junto a ella veladas en los salones literarios.
Felicitas era una mujer de gran carácter y a la muerte de su esposo tomó parte activa en la administración de sus propiedades, recorriendo las diferentes estancias, haciendo mejoras e introduciendo innovaciones.
Felicitas puso sus ojos en Enrique Ocampo Regueira  (5) (n. Buenos Aires, 15 de julio de 1839). Ocampo y comenzarían a tener un trato mucho más frecuente. Ocampo comenzó a sentirse con derecho a lanzarle frases comprometidas, siendo una de ellas la que presagiaba el destino de la pareja.
En noviembre de 1871, Felicitas y unos amigos que se encontraban en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, en la estancia «Laguna de Juancho» —que tenía salida al mar y estaba ubicada en el actual partido de General Madariaga— fue que entonces decidieran mudarse hacia la suya que era su preferida, la estancia «La Postrera» que quedaba en el de Castelli y que había sido comprada tiempo atrás por Álzaga, a la viuda de Ambrosio Crámer.
Los jóvenes que habían partido por la tarde con sus carruejes hacia allí, los sorprendió una feroz tormenta  provocando que el cochero perdiera su rumbo. Felicitas Guerrero, entoces, hizo detener el carruaje y de pronto un jinete se acercó diciéndole: "Es mi estancia, que es la suya, señora". El hombre que los había auxiliado, era el joven Samuel Sáenz Valiente,  dueño de las tierras en donde se habían extraviado. De esta forma es que Felicitas y una pareja amiga terminaron guareciéndose en esa estancia. Samuel, que la halagó y atendió con tal caballerosidad, provocaría que la joven viuda se enamorara de él.
Felicitas viaja a su quinta de Barracas, su tía Tránsito Cueto le avisó que uno de sus pretendientes preguntaba por ella. Ese hombre era Enrique Ocampo, perteneciente a una acaudalada familia tradicional porteña que la amaba desde antes de su matrimonio.



Corría el rumor de que la joven apasionada había encargado un vestido en París.
El frustrado pretendiente escuchó de la propia boca Felicitas sobre la confirmación de sus sentimientos hacia Sáenz Valiente y su rechazo a las proposiciones del propio Ocampo. En solo dos meses de conocerse,  el 29 de enero del año siguiente, Felicitas Guerrero organizaría una reunión de amistades en la quinta de Barracas, para anunciar su compromiso.
Desde ese momento comenzaría su calvario, al sufrir el acoso del pretendiente despachado que conociera desde la adolescencia y que la llevaría al fin de sus días en ese mismo año.
Felicitas muere asesinada por Ocampo
Como Enrique estaba muy celoso de la relación que la viuda de Álzaga mantenía con Sáenz Valiente, fue que decidió ir en carruaje hacia la mansión, insistiendo que le urgía verla. Por lo cual Felicitas le rogó a Tránsito que lo despidiera con cualquier excusa aunque fracasara en su intento. Finalmente accedió y le dijo a su tía que él la esperase en la sala de invitados de su mansión o escritorio.
Ella subió a sus habitaciones para dejar sus pertenencias y colocarse el vestido elegido para la fiesta, a continuación, bajó al comedor a saludar a su familia y a su prometido, para después dirigirse al jardín poblado de invitados. Luego pidió que la excusaran porque debía ir al interior de la casa ya que en el escritorio, separado del comedor por un corredor y un pasillo, estaba aguardándola Enrique Ocampo, ofreciéndose sin éxito su amiga —Albina Águeda Casares y Rodríguez Seguí— para acompañarla. Su hermano Antonio Guerrero (de 14 años de edad) y su primo Cristián Demaría (de 22 años) la escoltarían en secreto y escucharían a través de la ventana del jardín para protegerla.
Una vez allí y entre otros comentarios, Enrique Ocampo le preguntó directamente a Felicitas: "¿Te casas con Samuel o conmigo?",  comenzaría a una fuerte, violenta y corta discusión, en donde Ocampo sacaría un arma  de su bolsillo, gritando: "¡O te casas conmigo o no te casas con nadie!".
Felicitas trató de escapar a través del jardín ubicado entre la mansión y el oratorio familiar—la actual sacristía de la iglesia Santa Felicitas— pero su pretendiente le disparó por la espalda.
diferentes testigos afirmaron que Enrique Ocampo se suicidó con el mismo revolver que usó para asesinar a Felicitas.
Otra versiones cuentan que fueron los hermanos de Felicitas quienes le dispararon a Ocampo luego de lo acontecido, o que fuera en legítima defensa por parte del arma de un caballero presente en la fiesta.
Por su parte, Felicitas estaba aún viva, y agonizó durante varias horas hasta su fallecimiento, ocurrido en la mañana del día 30 de enero de 1872.
Sus restos se encuentran en el Cementerio de la Recoleta, en la ciudad de Buenos Aires.
La noticia del hecho horrorizó a la sociedad porteña de aquella época. El impacto producido fue tan fuerte que los padres de Felicitas, sus únicos herederos, decidieron construir una iglesia en su honor en el mismo lugar en donde ésta había fallecido, el día 30 de enero de 1876.
La iglesia Santa Felicitas (ca. 1880).
Según el mito popular, el alma en pena de Felicitas recorre la iglesia llorando su trágica muerte, siendo uno de los célebres "fantasmas de Buenos Aires". También se dice que las mujeres que le pidan con fervor un marido lo encuentran, lo que durante años llenó esta iglesia de jóvenes casanderas que ataban pañuelos a la reja.
Dicha iglesia se encuentra situada en la calle Isabel La Católica 520, entre las calles Brandsen y Pinzón, frente a la Plaza Colombia en el porteño barrio de Barracas. Al lado de la misma está el actual Instituto Santa Felicitas de San Vicente de Paul.
La iglesia Santa Felicitas fue obra del arquitecto Ernesto Bunge. En su interior se pueden observar combinaciones de mármoles, estucos y detalles pictóricos. Posee tres altares realizados en mampostería policromada y vitrales provenientes de Francia. Las arañas están adornadas con caireles de cristal y también se encuentra un reloj inglés con carrillón. El órgano del recinto es de origen alemán y cuenta con 783 tubos. Existe el mito, no confirmado, de que debido a la tragedia del asesinato de Felicitas Guerrero y la muerte de su hijo Félix, nadie ha querido casarse o bautizar a sus hijos en esa iglesia. Quien entre en dicha iglesia hallará que no hay un pasillo central para que los contrayentes puedan cruzar, puesto que los bancos ocupan todo el ancho de la nave. La razón es que esta iglesia no es una parroquia, por lo cual no está autorizada para impartir esos sacramentos.

 Aquí termina la historia y comienza la leyenda. Se dice que si Ud. deja un pañuelo en la reja de Santa Felicitas al atardecer, a la mañana aparecerá húmedo de lágrimas y que los días 30 de Enero se puede entrever una llorosa figura de mujer vestida de blanco vagando por la iglesia.
Felicitas Guerrero, la mujer de los superlativos, se ha convertido finalmente, si no en el fantasma más famoso de la República, seguramente en uno de los más famosos de Buenos Aires.
La leyenda de Felicitas Guerrero y el fantasma de un templo en Barracas
Dicen que aparece de blanco. Que carga con lo que queda de un viejo vestido de época. Otros dicen que no: que en realidad es una túnica mortuoria, más acorde con sus desgracias. La ven llorar. Felicitas Guerrero de Alzaga fue viuda joven, rica y hermosa. Pero una maldición hizo que jamás descansara en paz. Hoy muchos creen que es el fantasma más famoso de la Ciudad. Cuentan que empezó a aparecerse en los años 30. Y que cada 30 de enero vuelve a pasearse sin remordimientos por la iglesia que lleva su nombre y que desde siempre carga con su leyenda y su espanto. Un templo con muchas historias, en donde nadie quiere casarse.

 Gran herencia
Tras la muerte de Felicitas, sus padres, Carlos José y Felicitas Cueto, heredaron una enorme extensión de tierra, la mayoría en la Costa Atlántica, entre las que estaban los terrenos que hoy ocupa Pinamar. También es muy conocido el castillo que se ubica en un casco de estancia en el kilómetro 168 de la ruta 2, en donde Felicitas solía pasar sus días de descanso.



(1) Carlos José Guerrero y Reissig  (nacido en el año 1817 en Málaga y que fallece en Buenos Aires el 12 de enero de 1896),  Descendiente del linaje Reissig  de la Ciudad Libre de Hamburgo del Imperio Germánico, eran sus padres los malagueños Antonio Guerrero (m. 1818) y Antonia Reissig Ruano, una tía del empresario industrial Eduardo Huelin Reissig y instalado en Andalucía desde el siglo XVIII— quien fuera un comerciante naviero, además de administrador de uno los campos de la familia Álzaga, en la provincia bonaerense. Sus padres eran los malagueños Antonio Guerrero (m. 1818) y Antonia Reissig Ruano
(2)        ( Buenos Aires, 1822 –  8 de noviembre de 1906) que era hija de Manuel Cueto de la Mata (n. ib., 11 de mayo de 1779) y Catalina Montes de Oca (n. ib., 9 de enero de 1803).
(3)         Los hermanos de Felicitas fueron:
·        Carlos Francisco Guerrero Cueto (Buenos Aires, 8 de diciembre de 1847 - 1923) se unió en matrimonio en 1876 con María Ignacia Rodríguez Gaete Castro (¿?, 1854 - 26 de enero de 1922) y con quien tuvo cinco hijos.
·        Antonia Manuela Agustina Guerrero Cueto (ib., 28 de agosto de 1849 - ib., 27 de mayo de 1920) en primeras nupcias con Nicanor Benito Albarellos Lavalleja (, 1846 - 1923).
·        María Guerrero Cueto (ib., 1851 - ib., 1924) que se casó el 29 de mayo de 1875 con Remigio Molinas del Rivero (Corrientes, 5 de septiembre de 1851 - Buenos Aires, 18 de septiembre de 1927).
·        Catalina Gerarda Guerrero Cueto (ib., 1852 - ¿?, 1945) enlazada con Guillermo Martínez Ituño (1852 - 1921).
·        Luis Gonzaga Juan Antonio Guerrero Cueto (ib., 1854 - 27 de noviembre de 1906) era un pintor casado en primeras nupcias en Montevideo el 11 de abril de 1887 con María Amelia Lavalleja (m. 4 de marzo de 1906) y con quien tuvo una hija, y en segundas nupcias, el 24 de noviembre de 1906 con Adela Pérez del Cerro Lezica (n. ¿?, 1871).
·        Antonio Tomás Saturnino Guerrero Cueto (ib., 7 de marzo de 1857 - ¿?, 10 de enero de 1938) unida en matrimonio desde el 21 de mayo de 1897 con María O’Connor Pardo (Colón, 26 de octubre de 1870 - ib., 8 de mayo de 1968) con quien concebiría un hijo.
·        Manuel Justo Guerrero Cueto (ib., 16 de mayo de 1858 -, 1931) casado el 1 de mayo de 1893 con su prima Raquel Valeria Benita Cárdenas Cueto (n. 21 de marzo de 1866) y que tendrían tres hijos.
·        Enrique Teodoro Rosa Guerrero Cueto (ib., 30 de agosto de 1860 - 1920) enlazado en primeras nupcias el 2 de julio de 1885 con Cornelia Villar (n. Gualeguaychú, 1869) y tuvieron a una hija, y en segundas nupcias el 15 de noviembre de 1915, con Eloísa Sánchez Sorondo.
·        Jorge Segundo Guerrero Cueto (ib., 1 de junio de 1862 - ib., 2 de febrero de 1940) casado el 9 de agosto de 1886 con Delfina Duportal (n. ib., 1867).
·        José Manuel Guerrero Cueto (ib., 1 de agosto de 1864 -  1929) enlazado desde el 15 de julio de 1899 con Luisa Guerrero Catalán (Monteros, 3 de marzo de 1879  - 20 de marzo de 1972) y quienes concibieran cuatro hijos.
(4)           Nieto del último alcalde realista de Buenos Aires, Martín de Álzaga, quien fuera un célebre caballero español, héroe de las invasiones inglesas, fusilado dos años después de los acontecimientos que siguieron a la Revolución de Mayo.

(5)Futuro tío abuelo25 de la escritora Victoria Ocampo


Basada en la vida de Felicitas Guerrero dirigida por Teresa Constantini y protagonizada por Sabrina Garciarena y Gonzalo Heredia. La película cuenta la trágica y breve vida de Felicitas guerrero y Enrique Ocampo. Se amaron con pasión pero el deber y la obediencia los separó. Fue estrenada en 2009.














Hasta nuestra próxima historia !!

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